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Si están amargados, lo van a estar tanto en tu escuela como en otras, así que mucha solución no le estás poniendo, pequeño Einstein.
Entonces van a rotar profesores amargados por todos los centros. No le veo yo color a eso.
Tal vez llegase otro profesor amargado de otra escuela.
¿Y nadie se plantea que tienen ganas de enseñar, pero están amargados por tener alumnos que no tienen ganas de aprender?
Cada año tienen nuevos alumnos. Nueva materia prima con la que renovar su vocación.
Otra cosa es que su ambiente de trabajo les amargue, y eso a veces lo pagan los estudiantes.
Sabes que eso ya existe, no? Ganan puntos por cada año que pasan y luego pueden ir cambiándose a colegios que les pillen más cerca de su casa, que es lo que les interesa de verdad, su comodidad y felicidad ante la tuya
Es una verdad como un templo, nadie aguanta el mal genio de un profesor quemado porque perjudica a los demás y a sí mismo, la enseñanza debería cambiar, cuando un profesor se quema, que se retire y que se dedique a otra cosa.
#6 #6 odelay dijo: ¿Y nadie se plantea que tienen ganas de enseñar, pero están amargados por tener alumnos que no tienen ganas de aprender?@odelay a casi todo el mundo le gusta aprender, otra cosa es que la manera de enseñar sea un puto rollazo.
Lo que podrian hacer es quitarles años de jubilacion a los profesores aqui ya existe la prejubilacion que hacen la mtad de horas . Ser maestro es gratificante cuando sus alumnos sacan buenas notas y se portan bien pero como ninguna clase es perfecta suele quemar mucho.
#9 #9 esentor dijo: #6 @odelay a casi todo el mundo le gusta aprender, otra cosa es que la manera de enseñar sea un puto rollazo.@esentor Pues no te digo yo que no. Pero te aseguro que cuando cuesta más tiempo y trabajo mantener el orden en un grupo de alumnos que hacer trabajo efectivo con ellos, la enseñanza es un rollazo para todos. En países europeos que son modelos en resultados académicos, dedican gran parte del tiempo en la escuela primaria a que los niños y niñas aprendan a valorar la importancia del respeto a los demás, del trabajo, del silencio y el orden. - Que aquí, con grupos de 25-30 adolescentes donde hablar en voz alta durante la clase, dar gritos y gastar bromas es el pan nuestro de cada día, a lo que hacemos no se le puede llamar enseñanza. En bachillerato, por suerte, a veces la cosa es bien distinta.
Ya lo tienen, van ganando prioridad con los años en las listas y cambian de centro. Pero al que más les conviene.
A parte de eso no entiendo que iba a mejorar con los cambios. Al fin y al cabo los amargados seguirían pero en otro centro, y probablemente estén más cabreados por el cambio.
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