#2 por pettitsuisse
4 oct 2020, 21:54

#1 #1 malleusmaleficarum dijo: Estás entrando en la cocina. Abres la despensa. El aroma de la bollería industrial inunda tus fosas nasales mientras comienzas a notar cómo las glándulas de la saliva producen una cantidad que se desborda por la comisura de tus labios. Sabes que son alimentos prohibidos, pero, al mismo tiempo, sientes cómo un impulso eléctrico recorre tu cerebro y te hace desearlo aún más. Extiendes la mano. Rozas con las yemas de los dedos la textura esponjosa de un tierno y delicioso bollo de crema. Lo coges tímidamente mientras, por el rabillo del ojo, te cercioras de que no hay nadie que pueda juzgarte. Te lo metes en la boca despacio. El bollo se mezcla y se deshace en tu saliva. Tus papilas gustativas se vuelven locas de contentas.Quieres hacerla sentir aún peor?. Pregunto sin malicia, solo por curiosidad.

#5 por pettitsuisse
4 oct 2020, 22:25

#3 #3 malleusmaleficarum dijo: #2 Sí, y no contento con ello he vuelto para ver si podía regodearme con las respuestas:(Jajajaja,vale,ya está claro entonces.

#7 por nattcaba
5 oct 2020, 08:51

Tu pareja sabe que llevas 4 años con desórdenes alimenticios ? porque, sinceramente, no es tan malo comentar a una persona que está cogiendo peso, o perdiendo demasiado, siempre que se haga de buena manera... quizá tu pareja sólo lo hace por tu salud.
Pero, evidentemente, si no tiene ni idea de que tienes una enfermedad, no quieres que sepa que te hace sentir mejor o peor? y vienes a escribirlo aquí en vez de, no se, hablarlo? es que... tela.

#3 por malleusmaleficarum
4 oct 2020, 22:07

#2 #2 pettitsuisse dijo: #1 Quieres hacerla sentir aún peor?. Pregunto sin malicia, solo por curiosidad.Sí, y no contento con ello he vuelto para ver si podía regodearme con las respuestas:(

#4 por lagarta_gigante
4 oct 2020, 22:10

¿Por qué aprobáis estas mierdas? ¿No hay nada mejor?

#6 por saintus16
4 oct 2020, 23:26

Pues no comas tanto y sal a caminar una hora cada día. Gorda.

#1 por malleusmaleficarum
4 oct 2020, 21:31

Estás entrando en la cocina. Abres la despensa. El aroma de la bollería industrial inunda tus fosas nasales mientras comienzas a notar cómo las glándulas de la saliva producen una cantidad que se desborda por la comisura de tus labios. Sabes que son alimentos prohibidos, pero, al mismo tiempo, sientes cómo un impulso eléctrico recorre tu cerebro y te hace desearlo aún más. Extiendes la mano. Rozas con las yemas de los dedos la textura esponjosa de un tierno y delicioso bollo de crema. Lo coges tímidamente mientras, por el rabillo del ojo, te cercioras de que no hay nadie que pueda juzgarte. Te lo metes en la boca despacio. El bollo se mezcla y se deshace en tu saliva. Tus papilas gustativas se vuelven locas de contentas.