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Que cochina tu amiga con la limpieza,no se cómo podía vivir en esas condiciones.
He pasado por tu misma situación y puedo corroborar que no es agradable encontrarse el aire con olor a cerrado, ropa sucia y comida podrida. Las cosas tiradas, todo desordenado, lugares malolientes, cualquier cosa en mal estado, aplastada, poco cuidada o dejada por el suelo al completo azar. El cómo tenga su casa una persona, puede decir mucho o poco de ella.
#1 #1 oldesnake dijo: Es una mujer empoderadaserá que no hay tíos guarros...
Yo me pegue como un año viendo la misma gota de pipí en el borde del WC de la casa de un colega, ya hasta la buscaba cuando iba a ver si seguía allí, ese no limpia jamás, la casa un auténtico desastre... Yo no sé cómo la gente puede vivir así, y mira que mi casa está siempre desordenada, pero Joe, está limpia. Que menos
Yo nunca he entendido cómo puede haber gente que viva en una pocilga, siempre he sido muy limpio, y eso me ha llevado a tener discusiones fuertes con amigos o compañeros de piso (mi carácter es un poco complicado a veces).
Y cuando ayudé a mis padres a limpiar su piso de alquiler, con la de mierda que había, las ganas de romperle las gafas y la cabeza contra el suelo al inquilino no eran pequeñas.
Yo también solía ser de las personas que critican duramente a quien tiene su casa hecha un asco. Luego cayó una cuarentena, la ausencia de mi personal doméstico se juntó con un proyecto matador, y hoy que por fin limpié la habitación me encontré con un cuento de terror: el colchón pelado y con una mancha gigante (mi gato derramó el café sobre ella y lo “arreglé” vaciándole el limpiador encima y dejando que se secara al aire mientras dormía en el suelo), las cobijas sucias en el suelo junto con la ropa sucia, polvo, pelo de gato y cabello mío por todas partes, dos arañas enormes que ya habían fundado su imperio bajo mi cama, cajas y paquetes de compras por todos lados, la papelera totalmente desbordada, vasos, tazas y platos sucios abarrotando el tocador, y suficientes cajas de Uber Eats apiladas unas sobre otras para esconder un cadáver adulto debajo. Llevo poco más de un mes durmiendo dos horas por día para sacar esta entrega, así que simplemente descarté todo lo que no fuera imprescindible y no noté el ecosistema nocivo formándose en mi entorno. Es aterrador lo fácil que es rodearte de inmundicia con el mero hecho de no prestar atención a tu alrededor.
No tengo la costumbre de criticar a aquellos que me han abierto la puerta de su casa.
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