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A ver, para enseñar en primaria no hace falta ser precisamente muy brillante. Lo de la vocación sí que te lo compro. Y además que lo de las notas de corte ya se ha dicho más veces no es dificultad de la carrera, es la popularidad de esta.
Hasta los ultimos años que he estado pendiente, en mi ciudad magisterio estaba MUY alta. Por que como dice #1 #1 carlos_chaotic dijo: A ver, para enseñar en primaria no hace falta ser precisamente muy brillante. Lo de la vocación sí que te lo compro. Y además que lo de las notas de corte ya se ha dicho más veces no es dificultad de la carrera, es la popularidad de esta. las notas de corte solo indican que mucha gente la quiere, por lo que entran los que mejores notas tienen y el ultimo que entra es ese el corte que marca. Es solo una guia y de un año para otro puede pasar de un 10 a un 5.
Y de todos modos, para hacer lo que dices no se necesita un examen de vomitar conocimientos aleatorios como es selectividad, sino otro tipo de pruebas enfocadas a lo que se dara en la carrera y a su capacidad para dar clases, que de nada sirve sacar un 10 en historia en selectividad si luego no aguantas a los niños.
Un problema, no sólo de esta carrera sino de todas con un componente vocacional/emocional (medicina, enfermería,...), es cómo medir la vocación de los estudiantes.
No es el primero TQD sobre esto y no será el último. Las notas de corte hacen referencia al número de plazas y de los solicitantes de esas plazas, por eso cualquier ingeniería tiene un cinco siendo carreras jodidísimas y medicina siendo también muy difícil tiene un 14.
Si magisterio fuera más popular entre los estudiantes de bachillerato la nota de corte subiría.
Pienso que debería haber una prueba de acceso específica para cada carrera, según las competencias necesarias y/o un primer año eliminatorio. Así, creo yo que si habría un sistema más eficiente.
Como ex-alumno de magisterio (primaria), te puedo garantizar que el problema de dicho grado es, principalmente, el profesorado, al menos en mi universidad. Muchos de mis compañeros ya planeaban terminar la carrera (con una asignatura de primer curso) en otra universidad por culpa de una serie de docentes. En mi caso, la pobreza hizo que dejase de poder pagar la matrícula. Irónico que, al intentar ser maestro (doy clases particulares y ME ENCANTA enseñar), hayan sido los malos docentes los que se han interpuesto en mi camino. Quizá, algún día, cuando encuentre trabajo y pueda ahorrar, retome los estudios. Pero antes me aseguraré de que dichos docentes ya no imparten clases.
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