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#51800 Al trazarnos un plan de acción, debemos tener en cuenta la cobardÃa, la debilidad, la inconstancia y el
desequilibrio de las masas; estas son incapaces de comprender o acatar las condiciones de su propia
existencia y de su bienestar. Hay que ver como la fuerza de las masas es ciega, ilógica y cambiante.
#51801 Cuando un ciego conduce a otro, ambos caen al precipicio; en consecuencia, los advenedizos salidos de las filas del pueblo, aunque sean unos genios, no pueden colocarse a la cabeza de las masas sin arruinar la nación.
#51802 Solo una persona preparada desde su infancia para ejercer la soberanÃa autocrática puede comprender las palabras formadas por las letras del alfabeto polÃtico. El pueblo abandonado a si mismo, es decir, a jefes salidos de sus filas, se pierde en luchas partidarias nacidas del afán de poder y el ansia de renombre; asÃ, se crean la revuelta y el desorden.
#51803 ¿Pueden las masas juzgar serenamente y administrar los negocios del estado sin rivalidades, sin confundir dichos negocios con sus propios intereses? ¿PodrÃan defenderse contra un enemigo extranjero? esto es imposible. Cualquier plan dividido entre tantas cabezas como son las de las multitudes, resulta ininteligible e irrealizable.
#51804 Solo un autócrata puede concebir vastos proyectos y asignar a cada entidad una función dentro del
mecanismo gubernamental. Por eso sostenemos que, para administrar eficazmente un paÃs, el gobierno debe estar en manos de una sola persona.
#51805 Sin el despotismo absoluto, la civilización es imposible; la civilización no es obra de las
masas, sino del que las dirige, sea este el que fuere. El populacho es bárbaro y asà se muestra siempre. En cuanto el pueblo cree que ha conquistado la libertad, se desbanda hacia la anarquÃa, que es la representación más perfecta de la barbarie.
#51806 Ved esos brutos alcoholizados, embrutecidos por la bebida, que la libertad tolera sin lÃmites. ¿es que vamos a permitir nosotros y permitirles a nuestros semejantes el imitarlos? en los paÃses cristianos, el pueblo esta embrutecido por el alcohol, la juventud esta trastornada por la intemperancia prematura en la que nuestros agentes la han iniciado cubiertos con distintos disfraces: preceptores, criados, institutrices de las casas ricas, empleados, prostitutas; y es preciso añadir a estas ultimas aquellas que se conocen con el nombre de femmes du monde, sus imitadoras voluntarias en materia de lujo y corrupción.
#51807 Nuestra divisa debe ser fuerza e hipocresÃa. Solo la fuerza da la victoria en polÃtica, sobre todo cuando se oculta con destreza por quienes gobiernan un estado. La violencia debe ser un principio. El engaño y la hipocresÃa son las reglas de oro de aquellos gobiernos que no quieren caer ante un nuevo poder. Con estos perjuicios se consigue el bien. No nos detengamos innecesariamente ante la corrupción, la compra de conciencias, la impostura y la traición, porque con ellas servimos a nuestra causa.
#51808 En polÃtica, no dudemos en confiscar la propiedad, si de este modo podemos conseguir sumisión y poder. Siguiendo la vÃa de las conquistas pacificas, nuestro estado habrá de sustituir los horrores de la guerra por ejecuciones discretas y diligentes, necesarias para mantener el terror y producir una ciega sumisión. La severidad intolerante es un factor esencial del poder de un estado.
#51809 Con ella alcanzamos grandes ventajas y nos acercamos a la deseada victoria de la violencia y la hipocresÃa. Para imponernos, son tan importantes como nuestros principios los medios que empleamos para ponerlos en ejecución. Los procedimientos que empleamos y la rigidez de nuestras doctrinas nos darán el triunfo; es decir, haremos a todos los gobiernos esclavos del nuestro. Deben aprender que somos despiadados cuando nos hacen resistencia.
#51812 ¡Hamor! ¿que ha pasado con los demás?
#51813 Esto esta muerto, herobrine, está muerto. Fue... Fue horrible.
#51814 ¡Sole los mato a todos!
#51816 No fui yo, no fue sole... ¡ASESINA!
#51817 Yo tampoco fui, fue ask y el nuevo foro.
#51818 ¿TodavÃa eixste el chiringuito de la realista? Lo abandoné hace mucho, ya ni me acordaba.
#51821 Pues sÃ, aún existe.
@stocker_ auxilio, me sale el lÃmite de mensajes desde ayer D:
Fuimos nosotros los primeros en gritar ante el pueblo: libertad, igualdad y fraternidad. Estas palabras las
repiten frecuentemente desde entonces irreflexivas cacatúas de todas partes del mundo. Repitiéndolas, han
despojado a la sociedad de la prosperidad material y al individuo de la libertad personal, que es ya una antigualla. Ni siquiera los gentiles más aguzados han reflexionado sobre lo abstracto de esas tres palabras: las pronuncian sin considerar que no concuerdan unas con otras y que se contradicen.
#51824 No comprenden los sabios gentiles la desigualdad natural: la naturaleza invento tipos disÃmiles, muy desiguales en inteligencia, carácter y capacidad. Tampoco entienden la sumisión a las leyes naturales. Estos pretendidos eruditos no han descubierto aun que las masas son ciegas, como lo son también aquellos que salen de su seno para gobernar. No han considerado que un hombre mediocre, con la preparación necesaria, gobernara; sin embargo, un genio, sin dicha instrucción, se hallara despistado en la polÃtica. ¡Todo esto se les ha escapado a los gentiles!
#51825 Sobre esas bases se fundamentaba el régimen dinástico. El padre enseñaba al hijo el sentido y la marcha de las evoluciones polÃticas; de tal manera, excepto los miembros de la dinastÃa, nadie, ni el pueblo gobernado, conocÃa la polÃtica. Con el tiempo, el sentido de los principios que habÃan sido trasmitidos de generación en generación se perdió. Es precisamente esta perdida la que apresta al triunfo de nuestra causa.
#51826 Nuestros gritos de libertad, igualdad, fraternidad, cautivaron agentes inconscientes, legiones enteras que enarbolaban nuestras banderas con entusiasmo. Esas palabras roÃan la prosperidad de los cristianos, despedazando su armonÃa, entereza y solidaridad; con ellas desmenuzamos los fundamentos de los estados. Fue esto lo que nos dio la victoria proporcionándonos, entre otras cosas, la abolición de privilegios; o sea, la supresión de la aristocracia de los gentiles en todas las naciones, que era la única protección que tenÃan contra nosotros.
#51827 Sobre las ruinas de la aristocracia natural y hereditaria levantaremos, sobre bases plutocráticas, una
aristocracia nuestra. Esta nueva aristocracia es la de la economÃa, que siempre estará dominada por nosotros, al igual que la ciencia que nuestros sabios nos han enseñado.
#51828 Posibilitaran nuestro triunfo las relaciones con las personas que nos son indispensables. Sabremos explotar la endeblez de nuestras victimas: los beneficios de que disfrutan, su codicia, su ambición insaciable y las necesidades materiales del hombre; cada una de estas debilidades, tomada por separado, es capaz de paralizar cualquier iniciativa. Ellos le entregan su voluntad a aquellos que los han corrompido.
#51829 Dada la Ãndole abstracta de la palabra libertad, podemos persuadir al pueblo de que el gobierno
representa solamente a los propietarios. Por consiguiente, se le puede desechar como a un objeto inútil.
Es precisamente la posibilidad de destituir y reemplazar a los representantes de las naciones lo que los
ha puesto a nuestra disposición y nos facilita su nombramiento.
Iba en el autobús y en el asiento de enfrente viajaban dos señoras, una muy viejecita, con cara de enferma, que medio dormida iba recostada en el hombro de su acompañante, una mujer joven. La primera, mostraba un semblante tan relajado, desprendÃa tanta paz, confianza y bienestar, que mejor parecÃa una niña en el regazo de su madre.
#51831 La joven la miraba contantemente con dulzura, mientras le iba acariciando el brazo y la mano que entrelazaba entre las suyas, y de vez en cuando le dio un beso en la frente. No pude resistir y le pregunté:
-¿Es su madre?-Ella contestó sonriendo-Si, tiene Alzheimer.
#51832 Llegó mi destino y bajé, después de felicitarla emocionada por aquel testimonio de amor y ternura.
#51833 Quisiera que estas lÃneas recordaran a tantos miles de familiares que cuidan amorosamente y con mucho sacrificio a sus seres queridos.
No es la nación la que crea el Estado sino que es el Estado el que crea la nación.
Si la Falange se consolida en cosa duradera, espero que todos perciban el dolor de que se haya vertido tanta sangre por no habérsenos abierto una brecha de serena atención entre la saña de un lado y la antipatÃa de otro.
Si cada prÃncipe en su reino dejase a su arbitrio o al de sus súbditos lo que debe sentirse y pensarse en materias religiosas, ¿cómo podrÃa alcanzarse que hubiese armonÃa y unidad entre todas las naciones, de modo que no pensasen indistintamente el alemán y el español sobre Dios y la inmortalidad del alma? ¿Cómo podrÃa alcanzarse que fuese uno mismo el parecer del francés y del italiano, y del siciliano y del inglés, uno mismo el pensamiento y unas mismas sus palabras?
#51837 ¿No habÃa de suceder en breve que fuesen tantas las opiniones religiosas esparcidas por el mundo, tan diversos los ritos sagrados, tan varÃa la forma de la organización eclesiástica como varios y diversos son los juicios de los hombres? Por esto se reconoció la necesidad de establecer una sola cabeza, a quien estuviesen confiadas la organización de la Iglesia, la conservación de las antiguas ceremonias y la defensa de las leyes, cabeza a la cual obedeciesen todos los prÃncipes de la tierra y respetasen todos
Que desaparezcan los partidos polÃticos. Nadie ha nacido nunca miembro de un partido polÃtico; en cambio, nacemos miembros de una familia; somos todos vecinos de un Municipio; nos afanamos todos en el ejercicio de un trabajo. Pues si ésas son nuestras unidades naturales, si la familia y el Municipio y la corporación es en lo que de veras vivimos, ¿para qué necesitamos el instrumento intermediario y pernicioso de los partidos polÃticos que, para unirnos en grupos artificiales, empiezan por desunirnos en nuestras realidades auténticas?
#51839 Queremos menos palabrerÃa liberal y más respeto a la libertad profunda del hombre. Porque sólo se respeta la libertad del hombre cuando se le estima, como nosotros le estimamos, portador de valores eternos;cuando se le estima envoltura corporal de un alma, que es capaz de condenarse y de salvarse. Sólo cuando al hombre se le considera asà se puede decir que se respeta de veras su libertad, y más todavÃa si esa libertad se conjuga, como nosotros pretendemos, en un sistema de autoridad jerárquica y orden.
#51840 Queremos que todos se sientas miembros de una comunidad seria y completa; es decir, que las funciones a realizar son muchas: unos con el trabajo manual, otros con el trabajo del espÃritu; algunos, con un magisterio de costumbres y refinamientos. Pero que en una comunidad tal como la que nosotros apetecemos, sépase desde ahora, no debe haber convidados ni debe haber zánganos.
La unidad de España se nos presenta hoy como el primer y más valioso objetivo de las juventudes. La unidad en peligro, deficiente y a medias, no puede ser aceptada un solo minuto con resignación, no puede ser conllevada. Sin la unidad, careceremos siempre los españoles de un andamiaje seguro sobre el que podamos disponernos a edificar en serio nada.
#51842 AsÃ, hasta que no se logre la unificación verdadera, hasta que no queden desprovistas de raÃces las fuerzas que hoy postulan el relajamiento de los vÃnculos nacionales, seguirá viviendo el pueblo español su triste destino de pueblo vencido, sin dignidad histórica ni libertad auténtica.
#51843 La defensa de una polÃtica de concesiones a los núcleos regionales que piden y reclaman autonomÃas equivale a defender el proceso histórico de la descomposición española. Equivale a mostrarse conformes con lo peor de nuestro pasado, como deseosos de que sea permanente nuestra derrota. Equivale a una actitud de rubor y de vergüenza por haber sido España algún dÃa un Imperio. Equivale de hecho a creer que España es una monstruosa equivocación de la historia, siendo por tanto magnÃfico ir desmantelándola piedra a piedra hasta su aniquilamiento absoluto.
¿Quieres saber quién me dio mi dinero? Te lo diré. Un campesino llama a mi puerta y me pide que le preste diez o veinte gulden. Le pregunto si posee una parcela de tierra de buen pasto o una buena tierra de cultivo.
Me dice:
—Sà , burgués, tengo un buen prado y una estupenda tierra, que valen cien gulden entre los dos.
Replico:
Excelente! Empeña tu prado, y tu tierra como garantÃa adicional. Y si te encargas de pagar un gulden al año como interés, tendrás el préstamo de veinte gulden.
#51845 Feliz con la buena noticia, el campesino contesta:
—Estoy contento de darte la garantÃa.
—Pero tengo que decirte —le replico—que si no pagas el interés a tiempo, tomaré tu tierra y la haré de mi propiedad.
Como eso no le preocupaba al campesino, me concede el pasto y la tierra como hipotecas. Le presto el dinero y paga los intereses puntualmente un año o dos; después viene una mala cosecha y se retrasa en el pago. Le confisco su tierra, lo desahucio, y prado y tierra son mÃos. Gano asà dinero y propiedades. Y no sólo con campesinos sino también con artesanos. Si un artesano tiene una buena casa le presto una cantidad de dinero sobre ella, y al cabo de poco tiempo la casa me pertenece. De esta forma adquiero mucha propiedad y riqueza.
No pretendemos la conquista del poder, sino su distribución. La única sociedad humana, según nuestra concepción, es la que se basa en la libertad de los hombres, no en el dominio de unos sobre otros. No queremos amos y esclavos, señores y siervos.
A cada dÃa que pasa nuestros polÃticos nos evidencian que no son merecedores de ningún respeto por parte de los gobernados. Cada vez es mas obvio que nos sobran, que son alimañas depredadoras de la economÃa de los ciudadanos y que solo pueden ser mantenidos en su poder gracias a una casta mercenaria que los protege por medio de leyes que no se sustentan en principios, sino que su soporte es el arbitrario capricho de la puntual conveniencia.
Cuando, en marzo de 1762, un hombre nefasto, que se llamaba Juan Jacobo Rousseau, publicó ''El contrato social'', dejó de ser la verdad polÃtica una entidad permanente. Antes, en otras épocas más profundas, los Estados, que eran ejecutores de misiones históricas, tenÃan inscritas sobre sus frentes, y aun sobre los astros, la justicia y la verdad. Juan Jacobo Rousseau vino a decirnos que la justicia y la verdad no eran categorÃas permanentes de razón, sino que eran, en cada instante, decisiones de voluntad.
#51849 Juan Jacobo Rousseau suponÃa que el conjunto de los que vivimos en un pueblo tiene un alma superior, de jerarquÃa diferente a cada una de nuestras almas, y que ese yo superior está dotado de una voluntad infalible, capaz de definir en cada instante lo justo y lo injusto, el bien y el mal.
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